DN -¿Sensaciones, después de estos días de navegación?
AdC.- Magníficas, y más teniendo en cuenta que era la primera vez que navegábamos juntos, José Luis y yo, y que, como aquel que dice, hemos estrenado el barco.
JLF. – Sí, ha sido un navegación magnífica. Hemos disfrutado mucho. Y para mí ha tenido un significado especial, pues era mi primera regata de altura. Y ha sido estupendo.
DN.- Navegación dura
AdC.-Sí, pero ya íbamos preparado a ello. Cubrir mil millas, a horizonte abierto por el mediterráneo siempre puede pasar de todo y lo más imprevisiblemente. Es un reto muy serio y por ello… duro.
JLF. – Duro, pero estimulante. Hemos ido adaptándonos a todas las circunstancias que se nos han venido encima.
DN.- ¿Qué momentos han sido los más difíciles?
AdC.- Durante las encalmadas, cuando veíamos que la flota se nos acercaba y nos esforzábamos para ganar millas sin viento. Y también estas últimas horas, con un mistral fuerte. Yo nunca lo había navegado y es impresionante.
JLF.- Los momentos de calma, creo han sido los peores ratos. Han sido muchas horas de atención plena para ir ganando millas al resto de la flota.
DN.- ¿Y el mejor momento?
AdC.- Para mí cuando nos acercábamos a la isla de Toro, con el gennaker a tope, y volando sobre el sur de Cerdeña.
JLF.- Muchos, todos. Para mí, todo ha sido una experiencia sensacional.
DN. -¿Y ahora?
Los Dos: ¡Esperar cuando llega el resto de la flota! Y contabilizar tiempos de compensción.
DN-¡Enhorabuena por vuestra travesía!